Karlos Arguiñano cumple años: su mujer, sus hijos y la vida privada del cocinero más televisivo

Este viernes, 6 de septiembre, Karlos Arguiñano, el cocinero más querido y popular de la televisión española, celebra su 76º cumpleaños. Con décadas de trayectoria en la pequeña pantalla, su carácter cercano y su peculiar sentido del humor han conquistado a millones de espectadores. Sin embargo, detrás del personaje público, Arguiñano lleva una vida privada que ha sabido preservar del foco mediático, compartiendo su tiempo con su familia y círculo más cercano.

Nacido en Beasáin en 1948, Karlos Arguiñano llegó a la televisión nacional a principios de los años noventa, en Televisión Española, procedente de la ETB. A lo largo de los años, el vasco se ha convertido en uno de los cocineros más famosos del país, aunque fuera de los fogones es propietario de varios negocios muy rentables. Destacan dos de ellos: un hotel y una bodega. Solamente con estas empresas genera unos ingresos de 6 millones de euros. Eso sin contar con la productora que fundó para sacar al mercado sus propios programas y no depender de ningún director.

Su mujer, su compañera de vida

A lo largo de su vida, Karlos Arguiñano ha mantenido una relación sólida y discreta con su esposa, María Luisa Ameztoy. Casados desde hace más de 40 años, María Luisa ha estado al lado de Karlos en cada paso de su ascendente trayectoria profesional. Aunque ha preferido mantenerse fuera de la atención pública, Ameztoy ha sido un apoyo fundamental en su vida personal y profesional. La pareja ha sabido compaginar su vida familiar con la actividad empresarial del chef, llevando una vida tranquila y estable en su hogar de Zarautz, Guipúzcoa, donde residen. «Mi mujer ha sido capitana toda la vida», ha confesado el propio cocinero en varias ocasiones, ante los medios de comunicación.

En una entrevista para el programa Y ahora Sonsoles, en Antena 3, Karlos Aguiñano, tomando como punto de partida que ahora las parejas se enfadan tan rápido como se cansan de serlo, habló así del éxito de su matrimonio: «Aguantaros un poquito todos, excepto la violencia y el maltrato que de ahí hay que salir corriendo. Pero por discusiones tontas o lo de ‘se ha gastado el amor’. Se gasta todo, pero al final si tú estás donde tienes que estar y vas conociendo a la otra persona, hay que llevar eso con encanto. Pero por cualquier tontería mandar al carajo todo… cuidadín», dijo. Unas palabras, cabe destacar, que llegaban tras el bache de salud que sufrió su esposa durante la pandemia del coronavirus. La mujer de Arguiñano tuvo pánico a salir a la calle y a ver incluso a sus nietos, por miedo al contagio. 

Los hijos de Karlos Arguiñano

Arguiñano y María Luisa tienen siete hijos: Joseba, Zigor, Martín, Karlos, Amaia, Lukene y Eneko. A lo largo de los años, todos ellos han seguido caminos relacionados, en mayor o menor medida, con el mundo de la gastronomía y el espectáculo. Dos de ellos, Joseba y Martín, han seguido los pasos de su padre y se han convertido en reconocidos chefs. Joseba, en particular, ha adquirido notoriedad gracias a su restaurante Karlos Arguiñano en Zarautz, un negocio familiar que lleva el sello inconfundible de la cocina vasca. Asimismo, participa de manera asigura en el programa La Cocina abierta de Karlos Arguiñano junto a su padre. 

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Amaia y Luneke, por su parte, han trabajado como productores de televisión, colaborando estrechamente con el cocinero en sus programas culinarios, mientras que Zigor ha optado por una vida más discreta, aunque también vinculado a la restauración. Eneko y Karlos han seguido diferentes trayectorias, si bien siempre manteniendo un lazo cercano con el negocio familiar.

El lado más desconocido de Karlos Arguiñano

A pesar de su presencia continua en televisión y su popularidad, Karlos Arguiñano ha sabido preservar su vida personal y familiar del exceso de exposición mediática. Amante de su tierra vasca, se refugia en su casa frente al mar, donde disfruta de momentos de tranquilidad junto a los suyos. Arguiñano es conocido por ser una persona muy familiar, que valora profundamente el tiempo compartido con sus hijos y nietos.

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Entre sus pasiones se encuentra la naturaleza y el campo, donde cultiva su propio huerto y cría animales, siempre comprometido con una vida saludable y sostenible. De hecho, este amor por lo natural ha sido una constante en su carrera, donde siempre ha defendido la importancia de los productos de calidad y de proximidad en la cocina.